LA VERDAD SE DICE MINTIENDO
Para completar el estante Luis Gusmán en mi brevísima biblioteca, me regalé la tarde del viernes libre para viajar en tren hasta Malvinas Argentinas. Volví, pecho enchido, trayendo de regreso a mi colección "En el corazón de Junio", idéntico al ejemplar que supe atesorar junto a todos los otros libros de Gusmán hasta el día en que un malandro saltó por el balcón y se me llevó la caja donde los guardaba.
Ahorita, tomando cerveza negra, tirando releyendo, se podría decir que descanso en paz.
Para completar el estante Luis Gusmán en mi brevísima biblioteca, me regalé la tarde del viernes libre para viajar en tren hasta Malvinas Argentinas. Volví, pecho enchido, trayendo de regreso a mi colección "En el corazón de Junio", idéntico al ejemplar que supe atesorar junto a todos los otros libros de Gusmán hasta el día en que un malandro saltó por el balcón y se me llevó la caja donde los guardaba.
Ahorita, tomando cerveza negra, tirando releyendo, se podría decir que descanso en paz.
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