Pura publicidad
Justo el domingo, el único día que podía pasarse toda la tarde con las pantuflas rosa medio desteñidas que le dejaban siempre las medias oliendo a naftalina, olvidándose de que era la quinta vez que en el colectivo le robaban el celular y que al día siguiente le tocaría elegir un modelo nuevo, ella que justamente si hay algo que odia es elegir por los demás, con el caos que es el ELEVEN a cualquier hora, y encima en esos sucuchitos donde de seguro alguien había comprado el nokia que tenía la foto de Mauro en la pantalla, que no la llamaba porque decía que estaba con mucho trabajo y contra lo que decían sus amigas de la oficina ella sabía que ese tarado era casado o nada, que ella no le gustaba pero que por lo menos tenía que reconocerle que tenía sentido del humor, le gustaba escuchar y no se enojaba cuando se iba a jugar al fútbol con los amigos, ¿hoy habría ido a jugar?, no, con esta lluvia, pobre, a qué iba a ir, además en una de esas está parado acomodándose las medias antes de patear y le cae un rayo y le explota la pelota o le deja el pie como una estatua de arena algo así, no, seguro que estaría durmiendo la siesta en la cama inmunda que tenía y que nunca le cambiaba las sábanas, con alguna chirusita seguro, porque ella eso nunca lo creyó pero viniendo de él podía esperarse cualquier cosa, como del portero que siempre lo saludaba a la mañana las pocas veces que se quedó a pasar la noche y que todavía le preguntaba por él cuando la veía pasear al perro que seguro pensaría que era de él porque un perro tan grande no podía haberlo elegido ella que iría mejor con o un gato o algo así y eso ella lo sabía porque siempre cuando le traía el diario miraba por encima de la puerta para ver si venía corriendo a saludarlo y eso además de que era medio chusma y de lo que decían todos en el edificio que él estaba medio metido con las del decimo piso que se ve que tenían unas chicas trabajando porque a toda hora meta timbre y dele entrar y salir gente, y era raro que desde que se mudaron él había empezado a llevarle el diario como para que no saliera de su casa y seguro que lo hacía con todos los vecinos para que ninguno se cruzara con un cliente, que una madrugada se escuchó uno que gritaba que le devolvieran el dinero, que para algo tan feo invitaba a su mujer a cenar y si bien ella no creía, era raro que le siguiera trayendo el diario y que como hoy terminaba de hacer le comentara con alguna frase idiota qué barabaridad lo de esos dos, vió, y ella entonces bostezaba y se sacaba las lagañas cada vez más insistentemente para que se diera cuanta que no podía saber de qué habalaba porque él había estado con su diario hasta recién y que se lo traía porque porque a una de sus hijitas le gustaba inventar que sabía responder la claringrilla y cada tanto aparecían los casilleros con las letras inventadas y solcitos dibujados con crayones de colores donde iba un nombre raro como mononucleosis o faraday, que ella eso lo sabía de algún lado, y por eso le dejaba siempre el diario con la hoja doblada en la escalera porque él siempre que juntaba revisaba y así a la chiquita le enseñaban un poco de vocabulario porque sino de lo único era de la parte deportiva que leía el padre a la noche cuando cruzaba las bolsas del edificio al container de la plaza que cuando llovía se llenaba de moscas y olía feo toda la cuadra y mañana cuando ella bajara ya le tocaría aguantarse el olor mientras esperaba el colectivo y despues encima de eso la gente que como ya le había pasado otras veces le harían acordarse del portero porque comentaban las mismas noticias como esa del avíon que se cayó en el mar porque no se sabe si le pegó un rayo y o qué cosa fue lo qué pasó que ella había pensado que era una propaganda de lost, y ojalá sea cierto que van a hacer la peli, le iba a preguntar al pibe que pasaba vendiendo dvd en el trabajo que seguro sabía porque él siempre le bajaba los capítulos de internet, que ella para esas cosas era inservible y prefería comprárselos porque además era simpático y así por lo menos sabía que no iba a pasarle que ponía y se encontraba con alguna cosa rara porque internet era más que nada pornografía decían siempre en el diario.
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