para Juliana
Cualquier serie pierde su encanto en comparación con Bones. Incluso Lost. "Cualquiera".Desde siempre, y cada nuevo episodio lo muestra de manera más insistente, la intriga queda reposando en las cubetas del laboratorio para desandar lo que realmente importa: la relación entre Temperance y Booth.
Toda la programación de Fox restallando en un mosaico fractal ("Padre de Familia". Pero también "Prison Break", "Mental" y "24"). Eso fue el último capítulo de Bones (el único que para mí importa).
Desde siempre, desde la aparición del misterioso Gorgonzola, por ejemplo, el rasgo más evidente de Bones, o en todo caso, su "rasgo" más atractivo, es el "caracter" mítico con que va tejiéndose la historia. El collage de imágenes del capítulo de ayer clausuró cualquier duda al respecto. No importó suspender el episodio sin terminar de resolver el crimen porque desde siempre la historia está regulada por un ciclo que no es el de la intriga sino el de una falsa espera de la que ya tuvimos una Anticipación; el mejor regalo de navidad anticipado que se pueda pedir, un beso.
A diferencia de Lost, totalmente démodeé o directamente anacrónica (¿hacen falta las comillas?) con su insistencia en una serie de torsiones respecto de lo mítico que "a esta altura" ya no engañan a nadie pero que, sin embargo, fueron viciando -vaciando- lo poco que podía quedarle de interesante: ya que tampoco en ella la intriga importaba mucho, entonces* la relación de Sawyer con Juliet se hechó sin más vueltas a perder; con Bones, en cambio, sí puedo entrar en sintonía. Puede parecer fatal pero en una serie exitosa en Estados Unidos identificarse con un personaje que es (entre otras cosas) un ex-marine de ningún modo se equipara con el sueño sádico de cualquier tarado aspirante a comisario sino que (me) permite recordar sentimientos parecidos a los de cualquier adolescente enamorado (Videos x 2). En definitiva, los únicos a los que está dirigido el programa.
En tiempos en los que, si nos dejamos guiar por las partes interesadas, hay, habrá y seguirá habiendo, guerra; mirando a Booth para identificarme con Bones reencuentro en un tópico gastado (el amor = la guerra) el lugar más próximo posible para estar en relación con lo irremediablemente vacío y cursi, zona "fronteriza" en la que, como un mutilado luego de un bombardeo, puedo resistir al sentimiento de no poder decir algo ("cualquier cosa") que avance más allá del "te quiero".
A diferencia de Lost que es cualquier cosa y se repite tanto que ya perdió la gracia, Bones es una serie de amor, un melodrama con algunos momentos* chistosos y en el que lo dramático puede asumir su dimensión máxima: la aniquilación.
Desde siempre, elijo mirar Bones porque es la serie que mirabamos antes de que algo así como la ausencia se instalara entre... Desde siempre, elijo mirar Bones porque es la serie que miramos juntos, allí donde los dos imaginamos que las distancias se pierden, como el niño y el aviador que ante el dibujo de la caja ven-sintonizan-imaginan lo mismo. Tarados los hay que incluso lleguen a impugnar los fantasmas. Yo veo dibujitos de colores. De la larga lista de pasatiempos Bones es la única serie de "criminal investigation" que tiene un psicoanalista. Eso, que no quiere decir nada, tal vez sea lo que atrae dulcemente hacia ciertas zonas "límites".
En tiempos en los que, si nos dejamos guiar por las partes interesadas, hay, habrá y seguirá habiendo, guerra; mirando a Booth para identificarme con Bones reencuentro en un tópico gastado (el amor = la guerra) el lugar más próximo posible para estar en relación con lo irremediablemente vacío y cursi, zona "fronteriza" en la que, como un mutilado luego de un bombardeo, puedo resistir al sentimiento de no poder decir algo ("cualquier cosa") que avance más allá del "te quiero".
A diferencia de Lost que es cualquier cosa y se repite tanto que ya perdió la gracia, Bones es una serie de amor, un melodrama con algunos momentos* chistosos y en el que lo dramático puede asumir su dimensión máxima: la aniquilación.
Desde siempre, elijo mirar Bones porque es la serie que mirabamos antes de que algo así como la ausencia se instalara entre... Desde siempre, elijo mirar Bones porque es la serie que miramos juntos, allí donde los dos imaginamos que las distancias se pierden, como el niño y el aviador que ante el dibujo de la caja ven-sintonizan-imaginan lo mismo. Tarados los hay que incluso lleguen a impugnar los fantasmas. Yo veo dibujitos de colores. De la larga lista de pasatiempos Bones es la única serie de "criminal investigation" que tiene un psicoanalista. Eso, que no quiere decir nada, tal vez sea lo que atrae dulcemente hacia ciertas zonas "límites".
*NOTA FINAL: Lost pone en primer plano una cosa rara y la lógica que intenta dar cuenta de él/ella (el tiempo-su continuidad y ruptura) instrumentaliza esa partícula donde el sentido lógico (quién sabe qué sea) se confunde con el temporal (mmm...): "entonces".
Prefiero recordar algunos buenos "momentos", que escapan (se pasan) de un modo definitivo de la cristalización espacio_tiempo. Acaso mezclo dos momentos de una misma temporada, en realidad poco importa.
1 comentario:
Está claro que Lost dejó de convencerte. Yo a esta altura ya no me detengo en la observación de procedimientos narrativos (que hubo algunos muy interesantes) sino que quedé encerrado en la lógica más lamentable (la del "¿cómo termina, cómo termina?"). Y bué.
Pero coincido en que la apelación a la pelea mítica entre hermanos o dioses o lo que fuese me desencantó un poco.
¡Saludos!
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