Un mar de dudas

El amor, para un ñoño, es eso, un mar de dudas. Cada tanto escucho tu locura y recuerdo las lecciones del verdulero más hermoso del mundo aprendiendo a darse besos en el antebrazo mirando amantes en la tele (posiblemente Mirtha de América en blanco y negro pero eso poco importa).
Locas de amor es una serie que volvería a ver, tapado hasta la nariz con macitas (mis amigas porteñas dicen que el hecho de no usar la palabra galletita delata mi procedencia) y te de oolong.

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