Está hecho con las maderas de dos cajoncitos de esos en los que viene el membrillo. Desde siempre me gustó levantar cosas de la calle. Allí guardo las piezas más lindas de las radios que desarmo, los motorcitos para hacer lanchitas que molesten en la pileta, todo tipo de cables, foquitos y piezas varias. Trato de acordarme y llevar una bolsa del supermercado en la mochila, "esto me puede servir para algo", pienso y así voy juntando todo tipo de cachivaches. A veces los guardo unos días (antes dejaba pasar meses antes de tirar cualquier cosa. En este sentido, el tiempo de retensión lo he ido domesticando) porque si no les doy tiempo, sucede que cuando intento arreglar algo descubro que justamente la chapita con forma de M hubiese sido perfecta pero ya no aparece entre las herramientas porque la tiré para no hacer mugre.
Los ñoños son previsores, por eso son fáciles de cooptar por los grupos scout.
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