Estados de ánimo

Aparentemente, Capusotto hacía "fotoduplicaciones." Me lo contó Sandra, que lo vió en la tele. Ayer, mientras volvíamos del trabajo, realmente, totalmente, desanimados. Con la escusa de que el traje necesitaba una visita a la tintorería pero sin saber que ella vivía cerca, nos bajamos juntos en Congreso. Esperaba que Walter asumiera los gastos por la limpieza. Quedábamos ya los últimos en el recorrido, aproveché un silencio en la radio y comenté "no creo que salga muy caro, igual". Asomando el brazo por la ventanilla para cerrar la puerta de la combi que tiene el picaporte roto y no cierra desde el interior, "quién sabe, igual" escuché su entonación entrecortada.
Sandra me sacó de la calle y me subió a la vereda tirándome del brazo. Yo no me di cuenta pero, al parecer, había doblado un taxi y el 105 venía haciendo luces.

En casa, el lavarropas es un viejo Siam de tambor, esos que se cargan con manguera. Lo compré por lo que cuesta un flete desde Once a Paternal y le pusimos una palanga verde con broches de colores que tiemblan para reemplazar la tapa.

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