veamos qué resulta

Este último tiempo ando con ganas de mandar un mensaje de texto que diga "vete al demonio". Tan impersonal, para que no queden dudas acerca de la pila de insultos enviados a bajo costo gracias a la copia del subtítulo cinematográfico.
Sólo quienes somos pobres hablamos de dinero. Porque es el pobre el que tiene que contar la plata. Contar dinero y hablar sobre el dinero; al tiempo que fundan una estética que, en un cierto sentido, quizás pueda llamarse "estética del resentimiento", paralelamente sólo quien es pobre cuenta, o mejor, sólo "necesita" contar quien se encuentra en situación de administrar lo que no tiene pero no (jamás, nunca, jamás...) lo que le falta porque por algo además de hablar se escribe.
Creo que esa es la razón que hace que el tema "estética del resentimiento" (es un tema de PEZ) no me convenza. Uno empieza hablando de afecto y se resiente. Igual, a quién quiero engañar...

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