Fase 7

Qué genial, qué hermoso, qué alegría explosiva me da que sobreviva el "cine nacional", esa cosa deforme y desopilante que siempre ha sido y no será sino clase B; dejando aparte, obvio, las pavadas marketineras e interminables del director de Dr. House, que se hace pasar por indeciso y nos enoja despachándose con tres finales, ¡juntos, uno a continuación del otro, un infierno, nunca me sentí tan atrapado en una sala de cine!, tres finales, ¡tres!, para rebuscar en una historia que, con ese anclaje, no da dejar así.
Como tampoco da que me roben nada nadita nada de todo lo que acá, en mi laboratorio ultra-secreto, yo invento pero es que salí tan hermoso que, bueno, se entiende que se vean llevados a robarme fotos, historias, alimañas y otras cosas como esta. Me recuerdan a mi amigo Kevin, un copión al que, a pesar de todo, quiero o eso creo.