Como si se tratara de cortar un traje de espantos, al
comienzo hay un triángulo de tela extendido con tres alfileres.
A sus puntas, cada alfiler lleva prendido un nombre: Tim
Burton, Da Rin, Libero Badii.
El movimiento es, a la vez, temporal y espacial. Si se
prefiere, se trata de una escisión que involucra al género, si es verdad que las
matrices que cortan la ficción son plausibles de ser evaluadas en función del
tratamiento diferencial que realizan respecto del tiempo, esa ilusión.
“La carga emotiva es más fuerte que la razonada en lo
siniestro”: leo, en el pespunte del catálogo que consulté ayer por la tarde en
el mercado de pulgas de Av. Libertador. Compartía mi atado de cigarrillos con los
pankis que duermen en las escalinatas del Museo Nacional de Bellas Artes. Ante
sus puertas derruidas por el abandono y el desinterés, recordé cómo era Buenos
Aires antes de convertirse en lo que es ahora. La ciudad más peligrosa e
insegura de Latinoamérica, una ciudad sin subtes, con todos sus museos cerrados
para siempre.
¿A quién se le ocurre, qué mente civilizada pudo albergar la
idea de transportar una tela para enterarse a los pocos días que los Hijos y
Ahijados del Gordo Valor se hicieron con una suma millonaria producto de su reventa
en una subasta clandestina? Una medusa para el living, qué tupé. Ya se sabe,
cuando uno no ama, compra…
Sumo una moneda más a la transacción y me hago con la Obra
Gráfica de Libero Badii. La chica que dirige el puesto todavía luce las marcas de
la experiencia de Bagelhead a la que se sometió el fin de
semana. Me ve revisar las páginas y adivina, anticipándose a mi reclamo. “La
primera y la número cien faltan, las arranque porque tenían el sello de la Biblioteca
del Museo.” A pesar de su remera gastada de AC DC es hermosa y muy inteligente.
Lo que falta lo recupero en un libro que
conservo en casa (hace meses sigo la pista de Badii y un amigo me ha prestado
toda su colección bibliográfica). “¿Dónde está el sentido de la belleza? ¿Si
aprecio el arte occidental como puedo sentir el arte Maya? Esto es lo que me
obliga a un pensar siniestro”; “Sentir siniestramente es todo aquello que las
palabras no pueden explicar pero las imágenes pueden dar una idea”; “Cuanto más
sabe el hombre menos conoce; este sentir es siniestro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario