El agua es como el cielo

De todos los elementos, el agua es el más dócil. Se presenta en todos los estados físicos, y esa es la razón de que haya sido la primera superficie en la que "tomamos contacto" con la pintura, ya que nos permite asistir a sus sucesivas transformaciones, entre uno y otro estado intermedio.

Desde hacía ya algún tiempo, nos rondaba la sospecha de que el aire es como el agua. Ahora, con Tagtool, también podemos dibujar en el cielo. Cada gota de lluvia sería la constatación de que el agua y el cielo (en ambos) cristalizan las obsesiones y los destinos.

Cualquiera que haya entrecerrado un momento sus ojos ante el brillo lunar de las monedas (intentando bajo el agua volverse de espaldas al secreto) pudo escuchar, en el murmullo de la fuente: "se busca la verdad en las estrellas".

La frase, que desnuda deseos ignotos volviéndolos impracticables, es del pionero de la aviación, Antoine de Saint-Exupéry, que en 1921 escribía a su madre : "El Spad-Herbemont se sostiene en el aire como un tiburón en el agua, y realmente se parece a un tiburón."

Unos días más tarde, procurando evitarle preocupaciones: "me gusta el viento y -en avión- el duelo con la tormenta".

Las cartas de S-E son un poco como las de Kafka. Lo mismo a Rinette que a su madre, S-E les reclama que le escriban. Le molestan las esperas a las que se ve sometido cuando, incomprensiblemente, le envían las cartas por barco.
Una afición parecida a la de Kafka porque S-E trabaja para el correo y, de ese modo, es la institución misma la que lo mantiene cautivo: "Sigo esperando volver en septiembre, pero tengo un camarada prisionero, y es mi deber quedarme mientras esté en peligro. Es posible que todavía pueda serle útil. (Juby, 1928).

Por estar a su cargo el mantenimiento de las relaciones postales es que no puede visitar a su madre. Y cada vez que sale un avión, se disculpa hechando en la bolsa de las cartas el mismo mensaje: "Debo mantener el servicio postal y eso me impide viajar a verte, madre. Te escribo esta breve carta que se suma a las otras miles que ya están acomodadas en el avión que pronto despega". La escritura epistolar alimenta (crea) aquello que impide el viaje.
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¨Al ras del suelo un río de viento Norte. La cosa marcha. Se deja un brazo colgando fuera de la carlinga. Lo mismo que en una canoa, se raya con los dedos el agua fresca.

Temperatura del aceite: 110.

Temperatura del agua: 95.

¿Fresco como un río? En comparación.¨

(Correo del Sur)

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"Navegación Aeropostal".

¿Y si todo vino dado porque la aviación, a comienzos del siglo XX, contaba con modos todavía muy rudimentarios para referirse con precisión a "el viaje en avión" y fue esa la razón que obligó a los pilotos a establecer comparaciones con la navegación?
Realmente, ¿el aire es como el agua? El orden de los elementos en la pregunta indica el problema que habrá de ser resuelto el primero, la cuestion de si la relación pueda plantearse de manera simétrica.