Astronauta o heladero.


Frutilla a la crema y dulce de leche granizado.
Tengo frutilla al agua. Ah, entonces crema del cielo. Tengo vainilla... que es lo mismo. Ah, mejor dejá, pregunto y vuelvo.
¿Qué es lo mismo? Ya no hay chicle globo, nunca hubo muchas frutas, pero no dejan de inventar dulce de leche horribles: con marroc?!, con brownie, pero si yo no quiero torta, y el más terrorífico, dulce de leche con nuez. Quién me explica por qué un trozo de madera reseco y amargo pudo confundirse con las golosinas.
Problema de las navidades: los padres que tiran los petardos para que a uno no se le estallen entre los dedos y las abuelas que hornean bollos horribles que ninguna vecina se animara a probar.
Golosinas son el alfajor Jorgito y los chupelupes, las colombinas de coca cola y los caramelos masticables de a 10 x 10 centavos que en el papel dicen manzana pero tienen sabor a sandía y mango.

Si se pudiese saber para qué vocecita, inuadible bajo el mostrador, imbéciles recién levantados de la siesta piden "sambayón", crema moca, menta granizada o chocolate con pasas, se podría conocer anticipadamente el destino triste de los nenes del barrio que, incluso antes de estrenar su primer guardapolvito, parecen los candidatos insalvables a policía de la esquina, vieja devota, psicokiller y eterna constipada.

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