Complejo INCAA

Estaba por ir al Tita Merelo a ver Los abrazos rotos. Un poco tarde, es cierto. Casi me quedo en casa terminando de ver un documental sobre los Pixies que bajé del blog sexandthebici, un blog hermoso como hacia tiempo no encontraba. Pero desde que descubrí en un papelito de la buena fortuna que regalan a veces en el jardín japonés (no siempre, a veces, simplemente, los venden) "la duda es el modo que encuentra el deseo para no repetirse", eso o algo así decía el papelito, yo, que estaba por ir al cine, fui.
La decisión final, terminar llendo al cine, pudo haber sido una manera de negarme a seguir pensando en la red de intrigas administrativas que ha debido sortear el papelito antes de llegar hasta mis manos con un destino que parece escrito para ser el mío y que, por esa razón, me acompleja como una mala sesión de tarot. Gente hay que por momentos cree estar en un sueño; a mí, en cambio, me pasa que lo que me ocurre durante el día es algo que ya he visto sucederle alguna vez a Homero S. No querer saber: ¿el papelito es un mero escolio de la causalidad o de verdad un mago japonés muy poderoso pensó en arruinarme la existencia con una serie de caligramas que luego su aprendíz tradujo con el sadismo exquisito de los subordinados? Cualquiera de las dos opciones, lo cierto es que han conseguido lo que se proponían. Y no me queda sino inventarme un karma televisivo calcado en el de Homero. Todo mis días tienen un "momento simpson". Si me despierto (cosa que habitualmente no hago) interrogando indicios que me permitan descubrir de qué capítulo y de qué session se trata, entonces puedo conocer anticipadamente las posibilidades de lo que me sobrevendrá en el día. Los Simpsons son como el pronóstico de las eventualidades de mi jornada. Claro, hay veces que preferiría una serie con menos temporadas. Pero preferir no es elegir y los Simpsons es mejor que El Conde Pátula. Cuando era chico, mi mamá nunca entendía porque me salían tantos chichones en la frente. Jamás había oído hablar de la teletransportación y me cambió siete veces de colegio. "Es que a mí no me cuenta -le decía al nuevo director- pero para mí que le pegan al chico en la otra escuela. Total, el número de mis compañeritos creció exponencialmente y muy pronto mis cumpleaños fueron infestejables (esta palabra me la invento, pero algo de eso hay acá).


Cuando volví a casa puse en taringa: almodovar 1 link. Tanta impaciencia termina siempre arruinando mis búsquedas. Ahora busqué solamente almodovar y voy seleccionando en función del mirror: muchos en rapidshare, una porquería, sigo buscando. Encuentro el blog de Almodovar, que es este que acá les dejo haciendo click en la foto que más me gustó de todas, que es esa.

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