Quería releer FDA, la escena donde Freud le explica a RB porque es tan doloroso hablar por teléfono. Mientras tu voz sigue sonando como las risas escalofriantes del Principito, busco y revuelvo porque sé que eso era lo único que podía retener la noche en una zona de quietud, pero no encuentro el libro ni mis apuntes y veo pasmado un pozo seco abriendose en mitad del desierto.
Ahora, ya la tarde abandona sus crujidos de celofanes sin sorpresas y cualquier cosa, sea o no lo que esparábamos, baila con nuestras dudas la más insospechada danza de los recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario