Tengo que irme a dormir, mañana pasan a las 11.30. Si el 42 no tarda en venir, me parece que me levanto temprano, desayuno cargado y me voy un rato a la pileta. ctrl v http://moneyinmypocketzine.blogspot.com/, sino me olvido. Mañana es en otro lugar, nos van a redistribuir, y yo creo que algo tiene que ver la feria del libro infantil. Quiero seguir yendo a nadar hasta que logre recuperar el estilo, que es cuando pueda nadar mariposa sin esfuerzo, deslizando con buena respiración, sacando la brazada con fuerza pero entrándo sin pegarle al agua. ("no te hizo nada y si le pegás, te hace ir más lento", habrá dicho algún profesor alguna vez con el cronómetro en la mano).
Aprender a nadar bien consiste en concentarse en la línea de mitad del andarivel y procurar alcanzar una percepción exacta de los movimientos del propio cuerpo para poder llegar a ver la brazada y el ritmo sostenido de un pataleo sin mucha burbuja, por ejemplo, como si uno estuviera sentado en la tarima de largada o caminara al costado de la pileta mientras nada. Quienes se preocupan por nadar rápido, suelen ahogar el estilo en movimientos cortos, casi puguilísticos; los musculosos, que confían en una fuerza alimentada fuera del agua, no tienen estilo o tienen un estilo torpe, hacen espuma y no avanzan nada, pierden la largada tirándose de panza y siempre encuentran problemas con el modelo de antiparras. Se las arrancan rabiosos al voltear a ver el tablero y dan palmadas de enojo contra las bollas y el panel de llegada.
La clave está en evitar la fricción, reducir el roce. La velocidad llega con el estilo, que consiste en saber deslizar, y nace de la convivencia con el medio.
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