Las vueltas del destino, lo descuento, me ubicarán ante una veintena de caras amenazantes. Deberé leer mi ponencia sin mirarlos, ni una sola vez siquiera. La improvisación está descartada de plano. Por esa razón, decidí planificar con calma mi actuación. Comenzaré buscando la cita de algún ñoño encantador.
Después, iré escribiéndo todo despacio, escuchando temas ciculares (este, por ejemplo).
Así, (confío) será sino más simple en cualquier caso más fácil ir preparándo el terreno. Porque sucede que en las lecturas en público no me manejo bien. Derrapo.
Por eso, me anticipo y comienzo a escribir el post que leeré ante ustedes que por ahora son ellos.
Como un dragón herido de muerte, felíz, felíz, felíz, me anticipo.
"Es bueno renovar nuestra capacidad de asombro -dicen que dijo un ñoño encantador, un pequeño curioso-. Los viajes interplanetarios nos han devuelto a la infancia".
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