FICHERO (ñoños)

"En su presencia, casi como resultado de un efecto químico, igual que la imagen  sólo se hace visible en el papel cuando se la expone a la acción del ácido indicado, los adultos se ponen a hablar. No tiene la impresión de hacer nada en particular: no es que pregunte, o que interrogue con la mirada, o se interese, eventualmente alarmado por el gesto de desazón, la expresión sombría o el asomo de lágrimas con que el otro delata el calvario que atraviesa. Pasa así. Está sentado en el piso dibujando, jugando con sus cosas, un auto en miniatura, uno de esos corgy toys que adora y que, sobre todo cuando tienen puertas articuladas que él puede abrir para reemplazar la rústica efigie del conductor por otra, no cambiaría por nada del mundo, y de golpe alguien se le une, un adulto, cuya sombra inmensa ve primero cernirse sobre la autopista serpenteante que ha imaginado en la alfombra y termina encapotando el cielo con una promesa de tormenta. Hay un prólogo incómodo, dubitativo. El adulto siente la necesidad de ponerse a su altura, se arrodilla, se acomoda a su lado y hasta le roba –con una impertinencia que sin duda se animaría a defender, atribuyéndola a la impulsividad que estimula el desconsuelo, pero que él directamente no puede tolerar- un autito, por lo general su referido, que quizá para congraciarse con él, quizá para darle algún sentido a una usurpación que no puede ser más agraviante, de pronto hace derrapar con deplorable falta de convicción en la zona de la alfombra más próxima a sus piernas, donde es evidente para cualquiera menos para el adulto, absorto como está en su drama interior, que la autopista imaginaria no pasa ni pasará nunca.”

1 comentario:

amiga amema dijo...

me gustó el "pasa así" tanto o más que los "y no va que", pero "pasa así" es de antología