Agua

"Porque" "es que todo se volvió gris" llegan de "esa" zona color gris-topo rodando, desde las estrellas del desierto (que no existirá, ni existió pero existe siempre) vestidos con listones brillantes como cardos rodantes del desierto, ruedan y saltando terminan por desembocar "allí", donde el desierto se confunde con el inicio de "lo que" los mochileros llaman "el Sur"; desde Viedma llegan rodando los ñoños para soplar las cenizas de grasa morena.

Un ñoño escribe a los saltos y sus deslizamientos asumen la forma de piruetas de circo. El sabor del azúcar del estero apaga el sabor amago de las Azucar Moreno. Donde se hablaba de "no te dejes convencer" (Sólo se vive una vez) un ñoño encantador revolvió en el viento hasta encontrar lo que "en verdad" estaba escrito: "No te dejes más vencer". Porque al alma hay que darle de comer, pongo en repeat "Azúcar del Estero." Porque la exageración es la vía regia del recuerdo, paso la tarde nadando entre abrazos, risa y caramelos.

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