Poción Multifrutas: Hipsters

Porque viven perdiendo el tiempo buscando afecto donde no es seguro que los quieran parecen tan tan pero tan tan indecisos, tanto que pueden escapar muy fácilmente a los cepos ponzoñosos que les tienden las revistas de moda bajo la forma vomitiva del rechazo de las identificaciones adultas.
Me dicen que de las dos cajitas con pares de anteojos que solté en la línea H del subte la semana pasada brotan descontroladamente Hipsters con aspecto de inofensivas alimañas. Quien sabe.
Yo sólo sé que un ñoño es un trabajador, mucho más parecido a Apu Nahasapeemapetilon ("ñoños") que a la gilada snob de los barrios conchetos; un trabajador abnegado, en parte reconocible por la llave dorada de su resentimiento (líquido revelador y poción multifrutas).
Sería como si, mientras los Hipsters ponen en el face que sueñan y les encantaría poder ver en el cine películas ñoñas como "Los Gremlins" o "Laberinto" e incluso algunos hasta se pintan una remerita blanca translúcida con el color desabrido que les quedó luego de querer hacerse un stencil pedorro, en papel y muy mal cortado, con la cara de algún filósofo post-moderno,  los ñoños, alejados, porque se aburren una enormidad, un millón de años luz de cualquier pasatiempo inútil, se ayudan entre sí contentos porque saben que criar un dragón a punta de medio litro de brandy cada media hora no es fácil pero es super divertido.
Los hipsters harían cualquier que les ayude a olvidar que fueron los abanderados del curso. Un traga insufrible que repite la tarea sacándole brillo a su manzana. Ahí se ven... Los ñoños siempre han sido pésimos en todo, incluidos los deportes ("un morfón"). A un ñoño nada de eso le importa realmente. Porque los ñoños son glotones ("tragones" antes que tragas) y, cuando se empifollan, no pueden contener las risas por saberse transformados en una hermosa "pelona".  
Los ñoños lo saben: los cuadros de honor y los galardones son las células carrier del cuerpo social. Encorbados sobre el microscopio de los juegos de química (el mejor regalo en las navidades) o jugando con lupas siguiendo con muchísima atención los consejos de Humpy Dumpy, a cada ñoño le fue revelado y todos los ñoños conocen al detalle (al dedillo, dirían nuestros abuelos) los secretos del proceso de la ósmosis. Aunque les maraville tener topos como compañeros, un ñoño es imposible de atrapar. Lo contrario no es menos cierto para el caso de la cadena Fox, que intenta hacer con los ñoños del college una serie que algunas personas cuando están aburridas ven y que se llama Glee: un grupete de perdedores que cantan pésimo, pobres ñoños engañados bajo las luces enmantecadas de la sala de actos del cole, desorientados por la monocromía chillona de la droga del sueño popstar.


Todo tal cual los ñoños nos lo habían explicado antes, acá.

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